5 DÍAS EN EL NORTE DE RUMANIA
¡MI PRIMER VIAJE SIN
PLANEAR!
¿Vosotros veis normal que vuestro padre os
diga que os vais de viaje solo 4 días antes? ¡Y que además lo remate diciendo
que solo tiene los billetes! Entonces yo digo: ¿Y el hotel? ¿Lo que vamos a
hacer? Y él, tan pancho responde: Bah, tengo un amigo allí que nos guiará.
Bueno ya podéis imaginar mi reacción. ¡Me puse histérica! Pero como estaba con
los finales no pude darle mucha más importancia. Hasta el día anterior de
nuestra marcha. ¿Qué me pongo? ¿Hará frío? ¿Lloverá? Y muchos más
rompecabezas.
En la época en la que fui yo, no hizo
frío. Es verdad que por la noche refrescaba pero no hasta el punto de la
congelación. Fui del 17 al 21 de mayo.
También advertir de que aunque esté en la
Unión Europea, no usan los €. Ellos usan los Leus.
1 EUR = 4,567 RON
Bueno, empecemos con nuestro caótico aunque increíble viaje.
DÍA
1: 17 MAYO
Salimos un miércoles desde el aeropuerto
de Girona hacia el de Oradea con la compañía Ryanair. Fueron casi 3 horas de
vuelo. Llegamos a eso de las 10 de la mañana y tal y como había dicho mi padre,
un amigo suyo nos estaba esperando. Así que nos montamos en su coche y pusimos
rumbo a Vatra Dornei, que son casi 6 horas de trayecto. Entre pararnos a
comer y a estirar las piernas, llegamos ya por la tarde. Dejamos las maletas en
la pensiunea en la que nos íbamos a alojar y fuimos a dar una vuelta. Por
cierto, se llama Pensiunea Ellemar, y estaba muy bien. Nos alojamos 2 noches
por 40€ aproximadamente. Estábamos reventados pero aún y así fuimos a cenar con
este amigo, y aún me arrepiento. Estaba hambrienta y nos sirvió embutido.
Bueno, yo como una loba me abalancé y empecé a comer. Y él, se esperó al final
a decirme que era embutido de ciervo, jabalí y de ¡oso! Me fui a dormir con mal sabor de boca
:P
DÍA 2: 18 MAYO
Por la
mañana dimos una vuelta por la ciudad, seguimos el río hasta llegar a una
montaña, donde un cachorrillo de pastor alemán nos vino a saludar. Subimos y
vimos un restaurante en la cima. En él comimos la típica sopa rumana llamada
Ciorbă, estaba riquísima y llena muchísimo. Y es que en Rumania se come bien y
muy barato.
Por la tarde dimos una vuelta por el campo y nos encontramos con un taller en el que trabajaban la madera y el dueño, muy amablemente nos enseñó toda la finca. Pero lo que más me sorprendió es que tenían unos troncos de más de 20 metros de longitud. Nos despedimos y cuando volvíamos para la pensiunea nos encontramos con unos ciervos muy majos que se nos quedaron mirando sin inmutarse.
Por la tarde dimos una vuelta por el campo y nos encontramos con un taller en el que trabajaban la madera y el dueño, muy amablemente nos enseñó toda la finca. Pero lo que más me sorprendió es que tenían unos troncos de más de 20 metros de longitud. Nos despedimos y cuando volvíamos para la pensiunea nos encontramos con unos ciervos muy majos que se nos quedaron mirando sin inmutarse.
DÍA 3: 19 MAYO
Ya nos íbamos de Vatra Dornei y lo hacíamos
en dirección Cluj Napoca, pero antes queríamos pasar por el famoso castillo del
Conde Dracula. Y aquí fue donde llegó el chasco. ¡Era un hotel! Y para ver 4
salas pagaba un riñón y medio. Así que nos fuimos muy indignados. Y de repente
al otro lado de la montaña vimos un edificio muy curioso, así que nos acercamos
a hacer fotos. Resultó ser un monasterio. Y si os pasáis alguna vez, preguntad
por la hermana Maria, fue ella la que nos hizo una especie de tour gratis. Nos
enseñó la sala en la que pintan, donde tejen las dos capillas; la interior y la
exterior. También nos contó que habían niños hospedados al cual les daban
clases. Estaban de lunes a viernes en el monasterio y los findes se iban con la
familia, menos los que no tenían, estos se quedaban siempre. Me pareció una
obra preciosa, ya que no les paga el estado, todo lo que tienen lo sacan
vendiendo sus obras artesanales. Fue una visita preciosa pero era hora de irse,
así que nos despedimos de Maria y de las dos vacas de las que sacaban la leche
y nos fuimos.
Dos horas después llegamos a Cluj Napoca y
dimos una vuelta. Vimos la Estatua del Rey Matías frente a la Iglesia de
San Miguel, observamos el Edificio de la Opera. Pero al haber estado
mucho rato en el Monasterio empezaba a oscurecer, así que nos metimos en el
coche y seguimos camino Oradea. Paramos en un hotel de carretera y nos fuimos a
dormir.
DÍA 4: 20 MAYO
Salido el Sol nos metimos en el coche y
llegamos a Oradea. Nos hospedamos en un hotel en el que nos dieron un
mapa y nos dijeron los principales puntos de interés. Ahora no me acuerdo del
nombre, pero ya lo buscaré.
Fuimos a la Catedral, a la Sinagoga, a la
Casa de la Opera... Básicamente nos pateamos la ciudad. Y cuando ya estábamos
cansados nos metimos en un restaurante a comer. Dónde comimos sopa. Sí, la
típica sopa, pero es que en serio, ¡estaba riquísima! Para bajar la comida
seguimos el río hasta llegar al hotel, donde nos tumbamos a hacer la siesta.
Más tarde volvimos a la Plaza Principal, donde coincidió con un Festival de
Street Food, así que como era la única que tenía hambre, me comí un plato de
pasta.
DÍA 5: 21 MAYO
Desayunamos en el hotel y fuimos al
aeropuerto. Ya cansados cogimos un avión que nos llevó directos a casita.
Como habéis podido ver, fue un viaje
espontáneo. No sabíamos lo que íbamos a encontrarnos, y aún así nos
arriesgamos. Y acertamos. Me encantó el verde y la poca contaminación que hay.
No puedo decir nada que no sea:
Os recomiendo ir, eso sí, ¡planeadlo
antes!
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